Una
cliserie es la representación gráfica de la distribución escalonada de los
tipos de vegetación en las zonas montañosas (ocasionada por el aumento de
altitud y el consiguiente efecto sobre el clima).
Su representación puede
realizarse sobre un corte topográfico del lugar que se desee representar o de
forma esquemática mediante un triángulo que representa la variación de altura
del lugar. La variación de la vegetación con la altura puede realizarse mediante
símbolos (normalmente iconos en forma de árboles) o mediante la variación de
colores.
El gráfico propuesto es la representación de una cliserie que muestra de forma esquemática
la distribución de los distintos pisos de vegetación en el Sistema Central.
Podemos
destacar como la vegetación es diferente según la altitud en este caso la
vegetación es igual tanto en el sur como en el norte. La
cliserie del Sistema Central muestra el escalonamiento de la vegetación en
función de la altura. Las causas del escalonamiento son las variaciones
climáticas ocasionadas por el progresivo incremento de la altura. Las
temperaturas disminuyen una media de 6° por cada 1000 metros de ascenso y las
precipitaciones se incrementan por el enfriamiento del aire. Ello determina un
escalonamiento climático desde la base a la cima y, como consecuencia, un escalonamiento
de la vegetación. El mayor o menor número de escalones depende de la mayor o
menor altitud de la montaña.
Dentro de esta cliserie podemos diferenciar seis pisos distintos:
Entre los 600
y los 1200 metros domina el
quercus ilex (encinares) en ambas laderas. Es una especie característica de los
bosques perennifolios mediterráneos. Toleran bien el calor y mal el frío
excesivo, por eso no se encuentra a mayor altitud. Es una especie arbórea
resistente a la sequía y se adapta a todo tipo de suelos. Tradicionalmente se
aprovechaba la bellota para el ganado, y su madera, muy dura y resistente, para
ruedas, carpintería exterior, utensilios y carbón, muy apreciado por su buena
combustión y su alto poder calorífico. Hoy ha perdido buena parte de estos usos
(salvo el marginal de la bellota para alimentar al cerdo ibérico).
Entre los 1200
y los 1700 metros se encuentra
el quercus robur( el robledal), que no soporta veranos calurosos, no tiene
demasiada tolerancia al frío y exige bastante humedad. Su madera, dura, se
aprovechaba tradicionalmente para hacer carbón y útiles y actualmente para la construcción
(vigas y parquet), muebles, barcos y leña.
Por
encima del robledal, a unos 1800 metros de altura, quedan algunos hayedos residuales
(Fagus sylvatica). El haya tolera mal el calor y muy bien el frío, exige gran
humedad y prefiere los suelos calcáreos, lo que explica su poco desarrollo en
el Sistema Central. Su madera, dura y de buena calidad, se aprovechaba
tradicionalmente para carboneo, celulosa o construcción; su fruto, el hayuco,
servía para alimento del ganado y para extraer aceite. Actualmente la madera se
emplea para muebles, utensilios y leña.
Entre los 1800
y los 2000 metros,
dominan los pinares de pinus silvestris, los cuales toleran muy bien el frío,
por eso los encontramos a esta altura. Además, es un árbol exigente con la
humedad del suelo. Su madera es la más apreciada de entre todas las especies de
pinos y se aprovecha para el mueble y la construcción. También se utiliza la resina.
Crece de forma muy rápida por eso es plantado en muchos lugares.
Los
prados y el matorral aparecen por encima de los 2000 metros , donde el frío impide el crecimiento de los árboles.
El matorral de altura está formado por especies como codesos, piornos y
citisos; los jarales por jaras y los céspedes de las cumbres por vegetación
herbácea. Su principal aprovechamiento es como pastos de diente para el ganado.
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