miércoles, 19 de noviembre de 2014

Cliserie

Una cliserie es la representación gráfica de la distribución escalonada de los tipos de vegetación en las zonas montañosas (ocasionada por el aumento de altitud y el consiguiente efecto sobre el clima). 
Su representación puede realizarse sobre un corte topográfico del lugar que se desee representar o de forma esquemática mediante un triángulo que representa la variación de altura del lugar. La variación de la vegetación con la altura puede realizarse mediante símbolos (normalmente iconos en forma de árboles) o mediante la variación de colores.

El gráfico propuesto es la representación de una cliserie que muestra de forma esquemática la distribución de los distintos pisos de vegetación en el Sistema Central.

Podemos destacar como la vegetación es diferente según la altitud en este caso la vegetación  es igual tanto en el sur como en el norte. La cliserie del Sistema Central muestra el escalonamiento de la vegetación en función de la altura. Las causas del escalonamiento son las variaciones climáticas ocasionadas por el progresivo incremento de la altura. Las temperaturas disminuyen una media de 6° por cada 1000 metros de ascenso y las precipitaciones se incrementan por el enfriamiento del aire. Ello determina un escalonamiento climático desde la base a la cima y, como consecuencia, un escalonamiento de la vegetación. El mayor o menor número de escalones depende de la mayor o menor altitud de la montaña.

Dentro de esta cliserie podemos diferenciar seis pisos distintos:

Entre los 600 y los 1200 metros domina el quercus ilex (encinares) en ambas laderas. Es una especie característica de los bosques perennifolios mediterráneos. Toleran bien el calor y mal el frío excesivo, por eso no se encuentra a mayor altitud. Es una especie arbórea resistente a la sequía y se adapta a todo tipo de suelos. Tradicionalmente se aprovechaba la bellota para el ganado, y su madera, muy dura y resistente, para ruedas, carpintería exterior, utensilios y carbón, muy apreciado por su buena combustión y su alto poder calorífico. Hoy ha perdido buena parte de estos usos (salvo el marginal de la bellota para alimentar al cerdo ibérico).

Entre los 1200 y los 1700 metros se encuentra el quercus robur( el robledal), que no soporta veranos calurosos, no tiene demasiada tolerancia al frío y exige bastante humedad. Su madera, dura, se aprovechaba tradicionalmente para hacer carbón y útiles y actualmente para la construcción (vigas y parquet), muebles, barcos y leña.

Por encima del robledal, a unos 1800 metros de altura, quedan algunos hayedos residuales (Fagus sylvatica). El haya tolera mal el calor y muy bien el frío, exige gran humedad y prefiere los suelos calcáreos, lo que explica su poco desarrollo en el Sistema Central. Su madera, dura y de buena calidad, se aprovechaba tradicionalmente para carboneo, celulosa o construcción; su fruto, el hayuco, servía para alimento del ganado y para extraer aceite. Actualmente la madera se emplea para muebles, utensilios y leña.

Entre los 1800 y los 2000 metros, dominan los pinares de pinus silvestris, los cuales toleran muy bien el frío, por eso los encontramos a esta altura. Además, es un árbol exigente con la humedad del suelo. Su madera es la más apreciada de entre todas las especies de pinos y se aprovecha para el mueble y la construcción. También se utiliza la resina. Crece de forma muy rápida por eso es plantado en muchos lugares.


Los prados y el matorral aparecen por encima de los 2000 metros , donde el frío impide el crecimiento de los árboles. El matorral de altura está formado por especies como codesos, piornos y citisos; los jarales por jaras y los céspedes de las cumbres por vegetación herbácea. Su principal aprovechamiento es como pastos de diente para el ganado.

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